Si necesitas pedirle dinero a un familiar o prestarle tú a él, debes saber que existen unas normas legales que regulan este tipo de operaciones. En España, los préstamos entre familiares están sujetos al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD), aunque están exentos de pago siempre que se cumplan ciertos requisitos. Uno de ellos es presentar la declaración ante Hacienda con el Modelo 600, donde se debe indicar que se trata de un préstamo y no de una donación. De esta forma, se evita que el fisco considere que se ha producido una transmisión de patrimonio y reclame el pago del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD).
Otro requisito esencial es redactar un contrato entre las partes, donde se especifiquen los términos del préstamo, como el importe, el plazo de devolución, los intereses si los hubiere y la forma de pago. El contrato debe estar firmado por ambas partes y por dos testigos, y debe hacerse por duplicado para que cada uno tenga una copia. El contrato sirve como prueba de la existencia del préstamo y de las condiciones pactadas, lo que puede evitar posibles conflictos o reclamaciones en el futuro.