La primera vez que probé la cocaína, solo era una aventura más en una fiesta. Nunca imaginé que aquello se convertiría en una adicción que afectaría casi todas las facetas de mi vida. Con el tiempo, mis días se convirtieron en una búsqueda constante de la próxima dosis, y las promesas de cambiar se desvanecían en el aire de los lugares oscuros que solía frecuentar. Salud, relaciones y trabajo se convirtieron en un caos. Fue entonces que decidí que necesitaba un cambio real: busqué ayuda en Conciencia2s.
La llegada al centro fue un momento de alivio y temor al mismo tiempo. Al entrar, fui recibido por un equipo que no solo era profesional, sino que también tenía empatía genuina. Desde ese primer encuentro, supe que estaba rodeado de personas que entendían lo que había pasado en mi vida. El enfoque integral del programa me permitió desintoxicarme mientras también abordaba los factores subyacentes que me llevaron a consumir la droga.
A través de sesiones de terapia individual y grupal, comenzamos a construir un nuevo camino. Me di cuenta de que la adicción a la cocaina había provocado una desconexión con mis emociones y mis seres queridos. Aprender a reconectarme y a expresar mis sentimientos fue transformador. Además, las actividades recreativas y de autoexploración dentro del centro me ayudaron a redescubrir pasiones que había perdido en el camino, como la pintura y la escritura para expresar lo que sentía.
Al finalizar mi tratamiento en Conciencia2s, no solo había dejado atrás la cocaína, sino que también había adquirido herramientas para enfrentar la vida de manera más saludable y auténtica. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que dar ese paso hacia la ayuda fue una de las decisiones más valientes y gratificantes de mi vida. Ahora, estoy en un lugar donde puedo disfrutar de cada día sin el peso de la adicción