Amigos espero terminen de pasar un feliz día, el casino no pierde y las probabilidades son su trabajador más leal e incansable. El azar tiene reglas que nublan nuestra percepción y hacen caso omiso a nuestros deseos. En mi ingenuidad, creí que ganar al casino sería fácil y comencé a hacer numerosos experimentos para lograrlo. Lo gracioso es que logré convencer a uno que otro amigo a acompañarme en la aventura y perder dinero junto conmigo. Pasó el tiempo, algunas veces gané en la "ruleta casino", la gran mayoría perdí, pero nunca logré controlar los dados por más que practiqué. Sin embargo, entre las interminables cosas que probé, llegué a una que me pareció muy lógica: si alguien gana muchas veces seguidas, su momento de perder está más cerca.
Al tiempo me encontré con la explicación a mi error y me sentí muy avergonzado. Mi estrategia era producto de la falacia del jugador, un sesgo psicológico que nos hace creer que el futuro depende del pasado, en eventos aleatorios independientes, como el lanzamiento de los dados o el lanzamiento de una moneda. Tendemos a creer que si lanzamos una moneda al aire 50 veces y las 50 veces sale cara, es más probable que el siguiente tiro salga sello, pues ya han aparecido demasiadas caras. No obstante, en el lanzamiento de una moneda, el siguiente resultado no depende en ninguna manera de los anteriores ¡la moneda no tiene memoria! No existe un mago que observe la cantidad de lanzamientos y altere el resultado porque han aparecido muchas caras; cada lanzamiento es un evento completamente independiente de lo que haya ocurrido anteriormente.